
Como sabemos, los artistas argentinos desde la década del ‘20 del siglo pasado, se han propuesto una búsqueda de una identidad, “una identidad nacional”, pero siempre teniendo como referente a Europa; como cuna de la cultura y de la civilización.
Desde entonces el mundo ha sufrido dos guerras mundiales y otras guerreas dentro de Europa como la Guerra Civil Española, que indudablemente ha marcado a toda una sociedad y en especial a los artistas, escritores europeos y latinoamericano que residían en Europa, entre ellos varios argentinos.
Raquel Forner fue pintora, grabadora y profesora de dibujo . Viaja a Europa a estudiar en el 1929 , formó parte del el grupo de Paris junto a Pedro Domínguez Neira, Lino Enea Spilimbergo, Emilio Centurión, Víctor Pisarro, Alfredo Guttero, Juan Del Prete, Antonio Berni, Héctor Basaldua, Norah Borges, Horacio Buttler y otros en pintura .
Todos recibieron una formación plastica europea, pasando por el taller de André Lohte y Othon Friesz en Paris . Participaron de cierta manera de las vanguardias europeas de los años ‘20. Este grupo tenía una afinidad estética pero nada más. No había un proyecto en común, todos eran de la misma generación. A su vez fueron influencienciados por la obra de Paul Cezanne, muerto en 1906, cuando concurrieron a una exposición póstuma del mismo.
Forner presentó una cierta evolución artística que se ve reflejada en sus obras, con cierta influencia del cubismo, del fauvismo, del surrealismo y del expresionismo.
Después de la segunda guerra mundial sus obras sufren un cambio importante. Las mismas se ven fragmentadas, lo que representa es la ruptura y pérdidas de objetos o personas durante la guerra, la destrucción como consecuencia de la guerra.
Todos los acontecimientos históricos influyeron de alguna manera en la obra de Raquel Forner, pero siempre poniendo acento en la preocupación por el ser humano .
El ser humano sufría un cambio importante, sobre todo en Europa, en la que surge una nueva corriente filosófica, el existencialismo. Que surge a partir de los años treinta, en Alemania y se dispersa por toda Europa, sobre todo en Francia. Se da como consecuencia de un periodo de crisis de conciencia a nivel social y cultural,
Con esta corriente, se afirma que “el Hombre es un ser arrojado al mundo”, este es un concepto heiddegeriano; esto expresa el sentimiento de los europeos ante tantas guerras y sus consecuencias; tanto económicas como socioculturales. Esto de alguna manera influyó en el pensamiento de Raquel Forner.
De regreso en Buenos Aires, en 1932 funda una escuela de artes plásticas, junto con otros artistas, como el escultor Bigatti Alfredo quien será su futuro esposo, aquí en ese momento comienza con varias series, entre ellas se encuentra la Serie “El Lago”. En esta se incluye “La Marcha” realizada en 1954.
A partir de los años 50 sus obras presentan un lenguaje expresivo y un trabajo de síntesis, abandonando la figuración clásica y va adquiriendo una nueva forma de figuración, que tiene a su vez elementos del informalismo y de la neofiguración, empleó el color con intensidad pero si el dramatismo que utilizaba anteriormente, la composición se vuelve más esquemático . Dando como resultando un fuerte cambio pictórico hacia la abstracción. Este vuelco coincidió con una tendencia general de aquella época hacia una abstracción no rigurosa.
Podemos decir que Raquel Forner fue la primera mujer artista argentina que no sigue los estereotipos de la época, que tuvo un discurso dramático de la humanidad hasta 1957. La imagen del hombre se fue transformando por las guerras, el fascismo y el fin de la modernidad, entrando en la era espacial con la llegada del primer satélite artificial al espacio.
Podríamos definir a la pintura de Raquel Forner como una pintura neofigurativa marcada por el dolor, la tragedia, que ha ido evolucionando mas tarde a un simbolismo de influencia expresionista. Analizando una de sus obras, "La Marcha", podemos entrever su pensamiento.
En cuanto a la interpretación de la obra, esta obra integra la serie “El Lago”, esta figura ambigua es en realidad un hombre-espantapájaros. ¿Se puede relacionar con lo dicho por Raquel Forner estando allá en Bariloche en 1941 ; que había quedado fascinada por los troncos, que tenían vida propia y forman un mundo fantasmagórico; con una poesía de Olivero Girondo llamada “El Espantapájaros, escrita en 1932 ?
El espantapájaros iconológicamente es un ser sin cerebro. ¿El hombre-espantapájaros será el hombre transformado en un muñeco que no piensa y que espanta las ideas?
Ya sabiendo que la temática constante de Raquel Forner es el drama de la humanidad y de los acontecimientos de su época que le toca vivir. Ella desarrolla estos temas en forma de alegorías que expresan su angustia, desesperación y esperanza ante un mundo estremecido por las guerras y acontecimientos políticos y sociales. Su obra es una mirada de mujer que resalta su denuncia ética y su búsqueda de libertad. El mensaje que todos podemos percibir es la invocación de paz que surge de la humanidad entera. En su obra se refleja la aspiración a la liberación total del mal y de la dominación es sin duda uno de los sentimientos ecuménicos que unen a todas las personas de bien que viven en este mundo.
En los estos años ’50, incorpora en sus obras seres sufrientes, con pechos abiertos y lacerados, incluye ramas con bandera que es la transformación de los seres humanos sufrientes hacia lo inanimado. Raquel siente una necesidad de cambio, luego de terminar la Segunda Guerra Mundial, fenómeno que ella había vivido intensamente.
En 1947 comienza la serie Las rocas y un año después La farsa. De la década de 1950 son las series: El lago (1953), Apocalipsis (1954), Piscis (1956), Las lunas, (1958-1962) y Espacios, (1957), que supone un paréntesis de optimismo dentro de su sentido dramático de la existencia.
Por ese entonces hay un proceso de síntesis, abandona gradualmente la figuración, cuando la utiliza lo hace desde una nueva perspectiva con elementos pictóricos del informalismo y de la neofiguración como lo hace en “El Dialogo” (1951) y en “La Marcha” (1954). Resultando una síntesis con intensidad de color pero con menor dramatismo y una composición mas esquemática. Los cielos de sus obras son tenebrosos, crepusculares.
A partir de allí, vuelca su obra hacia la naturaleza, hasta que en el año 1957, se produce un fenómeno que la conmueve: el comienzo de la carrera espacial. Rusia pone en orbita el primer satelital artificial, llamado Sputnik I
Actividad de Raquel Forner durante el gobierno Peronista; en 1951 es incorporada como Miembro de la Royal Society of Arts of England. Durante la década del ‘50 realiza varias exposiciones en Galería Bonino de Buenos Aires en la cual expone “Los Estandartes” y otras obras . También expone en Galería Delacroix, Córdoba. Aparece el libro “Raquel Forner” de Joan Merli (Editorial Poseidón, Buenos Aires). En 1953 hace una Exposición personal en Galería Bonino, Buenos Aires. Comienza la Serie El Lago. En 1954, Exposición personal en Galería Bonino, Buenos Aires. Se publica “Forner” con texto de Guillermo de Torre (Editorial Galería Bonino). Comienza la “Serie Apocalipsis”. En 1955 Exposición personal en Galería Bonino, Buenos Aires. En 1956 recibe el Gran Premio de Honor en Pintura en el XLV Salón Nacional de Bellas Artes con su obra “El Envío” (1956). Exposición personal, Amigos del Arte, Montevideo (Uruguay). Sus obras ya formaban parte de las colecciones de museos argentinos, de Uruguay, en el Museo de Arte Moderno de New York y colecciones privadas de todo el mundo. Es decir que ya estaba legitimada como artista en el circuito artístico y comercial.
¿ Que está pasando en el mundo y en nuestro país para que Raquel Forner se exprese de esta manera en sus obras pictóricas?
La contienda mundial de 1939-45 estremece a Forner y reorientan su pintura, que pasa a referir el drama bélico desde un expresionismo vigoroso y resuelto con maestría, pero a la vez atravesado de sugestión poética y de fervor simbólico. Utilizaba el lenguaje simbólico como moralizador a través de símbolos superreales.
Desde 1945 hasta el año 1955 con la revolución libertadora, Perón tomó las riendas de nuestro país produciendo un cambio político, social y económico.
Estos rasgos políticos, tan rápidamente indicados, gravitaron profundamente sobre el ámbito cultural. En principio, porque la mayoría de los intelectuales se encontró de hecho o de derecho -muchos de ellos en continuidad con su militancia antifascista- formando las filas del antiperonismo.
Durante el gobierno peronista, la relación de las artes plásticas con el gobierno fue complicada desde punto de vista que se careció de un proyecto cultural, prefería un arte tanto realista que el arte abstracto, pero esto no hizo que el gobierno peronista no aceptara al arte abstracto en la exposición de 1952, denominada “La Pintura y la escultura argentinas de este siglo”.
El Estado organizó en 1948 un encuentro internacional de filosofía con nombres relevantes dentro del campo y promovió luego la participación de artistas en algunas muestras y políticas culturales, así como en el terreno de las artes plásticas también el antiperonismo enucleaba lo más significativo de los artistas de ese momento, quienes habían participado en septiembre de 1945 en el Salón Independiente, ocasión que Antonio Berni aprovechó para vincularlo con la reciente Marcha por la Constitución y la Libertad. Y mientras algunos ponían sus obras al servicio de la causa antifascista y antinazi como es el caso de Raquel Forner, los movimientos abstractos geométricos como Madí y Arte Concreto-Invención, con Gyula Kósice y Tomás Maldonado, defendían la autonomía del arte mediante el acceso a un mundo de valores abstractos correspondiente al "internacionalismo sin fronteras" de Jorge Romero Brest.
En una entrevista a Raquel Forner hecha por Ana Rovner decía “Mi labor era una forma de protesta y teníamos mucho que protestar... Vivimos sencillamente como exiliados en nuestra propia patria... Perdimos mucho contacto con el publico y todo contacto con el exterior.” Durante la época del peronismo se sentía marginada no por su talento sino porque era joven, porque ser joven significaba que no iban a aceptar que algún grupo de poder que tenga el derecho de monopolizar la calidad artística y la conducta cívica. Esto hace referencia a la elección de artistas para representa al país en la XXVIII Bienal Internacional de Arte en Venecia en 1956.
Maria