sábado, 27 de diciembre de 2008

Susana y el Viejo, de Alfredo Guttero.

Analisis Pictórico:
Es un óleo de grandes dimensiones, en donde la escena tiene como figura central a una bella joven desnuda parada iluminada con una luz crepuscular donde la trenza negra del personaje cae por el centro del cuerpo, tras la cual hay un cortinado -igual que la pintura de Berni de once años más tarde- hay a lo lejos dos hombres mayores (los viejos), que la miran o espían libidinosamente -esto surge más de la interpretación que de la expresión- desde la media sombra del fondo del cuadro.
Sobresalen en el conjunto los retratos masculinos todos de cuerpo entero en posición de descanso ataviados con elegancia en blanco o negro y en actitudes displicentes, denotando gran personalidad y clase social.
En la pintura hay cierta alegría y tanto rasgos como colores parecen por un lado recibir la impronta del impresionismo francés de fines del siglo XIX, como también ciertos rasgos de la pintura del suizo-germano Kirchner en su versión alemana. Es una pintura de Guttero en la plenitud de la influencia europea, sin los yesos que comenzó a usar después.
Iconografía:
Podemos referinos a la escena de Susana y los viejos como tema biblico representado por los artistas renacentistas y del barroco que realizaron varias versiones de las mismas, tenemos por ejemplo a Veronese con esta version. La historia recoge un pasaje del Antiguo Testamento: la joven Susana iba a darse un baño cuando fue sorprendida por dos ancianos que la hicieron proposiciones deshonestas; ella las rechazó pues estaba felizmente casada. Sin embargo, los viejos levantaron falso testimonio y acusaron a la joven de adulterio, castigado con la muerte según la ley judía. Daniel, seguro de su inocencia, defendió a la joven, consiguiendo demostrar la culpabilidad de los ancianos.
El estilo de Veronés es típicamente veneciano, se interesa por el color y la luz, dando menor importancia al dibujo al emplear una pincelada rápida. La luz parece diluir los contornos, creando un efecto atmosférico en el que los venecianos serán grandes maestros.
Otra version conocida es la Rubens fechada en 1635, en donde combina el estilo holandes con el colorido veneciano que habia conocido durante su estadia en Italia.
Un año mas tarde Rembrandt realiza otra version de Susana y los viejos, en cual el manejo de la luz es sorprendente, influencia de Caravaggio. Alla por el 1824-25 Goya realiza una nueva version, en formato pequeño y en litografia. El trabajaba sus miniaturas desde el negro a los claros, levantando o aligerando la primera base de negro de humo... araña con algún instrumento la superficie ya pintada, con gran libertad pero con maravillosa precisión, dejando al descubierto la blanca y traslúcida superficie del marfil para añadir luces, algunos acentos y conseguir las formas de las figuras".
Podemos seguir la lista de los artistas que han represetando a este tema biblico.
Llegando a Alfredo Guttero argentino, ha pintado una variante denominada Susana y el viejo en 1920 como lo hizo Berni, tambien artista argentino, lo hizo mas tarde en 1931.

Biografia de Alfredo Guttero:
Este pintor argentino que nació en nuestro país en 1882 y viajó a Europa en 1904 para perfeccionarse con una beca otorgada por el presidente Roca, Esta beca -discernida por un jurado que estaba integrada por Martín Malharro- llevó a Alfredo Guttero a Europa, que vivio alla por cuatro años, sin embargo, hasta 1927, la mayoría del tiempo en París, y el resto en ciudades de España, Italia, Austria y Alemania. Al cabo de tan larga ausencia, instalado en Buenos Aires, Guttero se convierte en nervio y motor del arte argentino de vanguardia. Organiza así, en 1929, el Nuevo Salón -en cuyas tres ediciones anuales expone Xul Solar, Emilio Pettoruti, Pedro Figari, Juan del Prete, Miguel Carlos Victorica, Lino Enea Spilimbergo, Horacio Butler y Héctor Basaldúa, entre otros-; y funda los Cursos Libres de Arte Plástico, con Raquel Forner, Alfredo Bigatti y Pedro Domínguez Neira. A Guttero se debe el procedimiento por él denominado "yeso cocido" (mezcla de yeso, pigmentos y carbonato de calcio), que le permitía dar a sus pinturas las características del mural. Una muerte prematura- sorprende a Alfredo Guttero a los cincuenta años, diez años después de su retorno a la Argentina. En ese corto tiempo, hace retratos, escenas y tipos urbanos, estampas religiosas y otros temas, como esta Naturaleza muerta, ejecutada según la técnica del "yeso cocido". Difícil es encasillar a Guttero en alguna de las tendencias del arte contemporáneo, por cuyo afianzamiento luchó con denuedo, como hemos anotado. Era figurativo, pero es esta una categorización apenas instrumental. Puede señalarse, entonces, que en él prevalecía, ante todo, el afán de la composición y del tratamiento matérico. Esa composición, ordenada y armoniosa -una herencia de las lecciones recibidas de Maurice Denis, su maestro en París- traducía casi siempre un impulso decorativo -en el sentido de la gran tradición artística-, de ciertas afinidades con las claves del art nouveau. Su evolucion pictorica se obseva en los colores y las formas, en los comienzos recuerdan algo al impresionismo francés y después se asemejan al modernismo brasileño.
Comparacion entre Susana y el viejo de Guttero y de Berni
Se puede hacer una comparación entre dos cuadros, el de Guttero y la otra version realizada por Berni. En Berni, el compromiso político y social era el tema central, para Guttero, la belleza era un fin en si mismo. Este último era 23 años más joven que Guttero, pero antes que la edad, los diferenciaba su visión respecto al fin o utilidad del arte. La similitud de los motivos de ambas pinturas es más que obvia. Entre dos pintores que se conocían y que seguían sus obras, no es posible que Berni haya utilizado exactamente el mismo motivo y el mismo nombre femenino (Susana) y seguido de los mismos términos (y los viejos para Guttero y el viejo para Berni), con la sola diferencia de una s.
“Mi hipótesis es que el cuadro de Berni de 1931 es una clara respuesta al de Guttero de 1920. Creo que el singular para el viejo que usó el primero (la única diferencia en el titulo) fue al sólo efecto de ubicar como figura masculina de edad al General Uriburu, en ese momento el centro de su rechazo político . Aún con un mismo motivo, "Susana y los Viejos" de Guttero, muestra ante todo la belleza y "Susana y el Viejo" de Berni la critica”.
Marenqui

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